La Fobia Específica se caracteriza por:
- Miedo intenso e irracional a objetos o situaciones que no representan ningún peligro.
- Evitación del objeto o situación a la cual se teme.
El miedo es irracional justamente porque la situación temida no conlleva ningún riesgo. Así, hablamos de fobia cuando la persona teme a palomas, perros, balcones, tormentas, subtes, ascensores, fantasmas, espíritus, sacarse o ver sangre, entre otros. La lista de miedos irracionales que pueden generar una fobia es muy larga. Dado que el miedo es intenso, la persona evita el objeto o situación a toda costa; y si no tiene opción de evitarlo, lo tolera con un gran esfuerzo y sufrimiento.
La mayoría de las personas tenemos alguna forma de fobia, pero ello no nos afecta en nuestra vida cotidiana. Así, por ejemplo, si vivimos en una ciudad y presentamos una fobia a los caballos, lo más probable es que esto nunca nos traiga un problema y no sea necesario un tratamiento. No obstante, hay casos en los que sí una fobia nos puede complicar mucho la vida cotidiana. Por ejemplo, si vivimos en Buenos Aires y le tenemos miedo a los perros o palomas, el desplazarse cotidianamente puede ser un problema porque estos animales están por todas partes.
Algunas de las fobias más comunes y disfuncionales son:
- Subtes, ascensores y otros espacios pequeños y cerrados, es lo que se conoce como claustrofobia.
- Algunos insectos cotidianos, como mariposas de la luz y cucarachas.
- Fantasmas, espíritus, monstruos y otros entes inexistentes. Ellos pueden acarrear problemas para dormir, estar solo/a y a la oscuridad.
- El temor a sacarse sangre, ver sangre o heridas abiertas, darse inyecciones.
Se ha difundido la idea de que las fobias tienen un origen traumático, así, por ejemplo, si fuimos asaltados en la calle por delincuentes que se desplazaban en una moto, probablemente luego tengamos reacciones de miedo y evitación cuando escuchamos el sonido de una moto acercándose. Esta idea es parcialmente correcta; aproximadamente la mitad de las fobias se originan en una situación traumática real. ¿Cuál es la causa de la otra mitad?
Por un lado, muchas fobias tienen una raíz biológica, como el miedo a los insectos, animales, alturas. Son temores que facilitaron la supervivencia de la especie en tiempos antiguos, cuando estos objetos y situaciones representaron una amenaza verdadera para los seres humanos. Nosotros llevamos esta herencia arcaica aunque hoy ya no sean útiles. Este tipo de estímulos se transforman fácilmente en una fobia, por ejemplo, cuando las conductas de sobreprotección de los padres impiden que sus hijos afronten gradualmente estos miedos. Así, si un niño tiene miedo a las alturas y el papá, en lugar de ayudarlo a que lo supere, impide que mire por la ventana o que trepe a un tobogán para evitarle el malestar, entonces es probable que se desarrolle una fobia a las alturas.
Por otra parte, podemos adquirir la fobia mediante modelado, vale decir, por observación e imitación de la conducta de los otros. Si el padre o la madre tienen una fobia y lo manifiestan abiertamente delante del hijo, es muy probable que el niño también adquiera este miedo.
Las fobias son en su mayoría total y completamente curables, remiten por completo y una vez curadas, es muy difícil que vuelvan. Es uno de los diagnósticos de mejor pronóstico.
Algunos procedimientos efectivos para su tratamiento son:
- Desensibilización sistemática
- Exposición gradual en vivo
- Psicoeducación.