La soledad no es en sí mismo un problema psicológico, sino que suele ser más la consecuencia de uno o varios desórdenes psicológicos. Así, por ejemplo, padecen de soledad las personas que carecen de buenas habilidades sociales, quienes son tímidos o padecen una fobia social.
Sentirse solo no es lo mismo que estar solo. Por otra parte, experimentar un sentimiento de soledad en algunos momentos de la vida, es algo normal.
El sentimiento de soledad puede surgir incluso en personas que se encuentran rodeadas de otras personas. Así, se puede estar todo el día con gente pero con ninguno de ellos establecer una conexión sincera y empática. Podemos incluso ser queridos y apreciados objetivamente por muchos, familiares y amigos, pero no llegar a reconocerlo porque un sentimiento de tristeza nos distancia, como sucede en la depresión.
En todos los casos, es importante ver a qué se debe la soledad real o el sentimiento de soledad que experimenta la persona y de acuerdo con ello, trabajar sobre el problema de base. En este sentido, las técnicas eficaces van a variar según cuál sea la patología que origina el sentimiento de soledad, sea real o imaginado.